Nunca niegues a Dios, si no conoces,

el alcance de su verbo en plenitud,

sólo muestra tu respeto y gratitud,

no te lances a gritar con varias voces.

Todo gira en armonía y, si se rompe,

no es por Dios que se oculte la verdad,

es el sino de toda la humanidad,

su arrogancia la trastoca y la corrompe.

Por la ira, se le nombra y se le niega

a ese Dios, a quien le hacemos responsable,

es mejor tu silencio, que no se hable,

la penumbra está en tu alma y está ciega.

Se nos dio la razón y el albedrío,

para hallar la verdad y la justicia

proyectamos sobre el mundo la inmundicia

y lo hacemos más oscuro y más sombrío.

Y culpamos a Dios, por cobardía,

no queremos admitir que es cosa nuestra,

con lo cual, ante la duda, se demuestra

que es producto de una ciega rebeldía.

Si no somos responsables, Dios se aleja

y comprende que debemos aprender

lo que es nuestro justo proceder,

sin liar, nuevamente la madeja.

Escrito en Febrero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”

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